8 de marzo, que no es igual que el 8 de marzo de hace diez años. Gracias a ellas.

Mi madre no sabe si es feminista, pero me ha educado para que yo sea libre e igual a los hombres.

Tampoco valora su trabajo tanto como para pensar que hace unos años nuestra casa hubiera sido un desastre si lo deja dos horas (si son cuatro, o el día entero, la liamos parda los 7 hermanos, como dice mi hija).

Mi madre, con los años, ha ido creciendo en reivindicaciones para nosotras, incluso para ella misma, después de ver nuestra fuerza por luchar en un mundo masculino y voraz. Y cada día de mi vida recuerdo esa tarde en la que, mientras yo estudiaba, me dijo casi angustiada: mi amor, no permitas que nadie elija por ti. Estudia y sé lo que tú quieras sin que ningún hombre lo sea más simplemente por ser eso, hombre. Ni tus hermanos. Haz lo que quieras, pero que te valoren igual. 

De mi abuela os hablo otro día :).

Este 8 de marzo no es igual que otros anteriores, porque hasta hoy, grandes mujeres han arriesgado sus trabajos, sus vidas y sus familias para que nosotras avancemos en igualdad. Y lo han hecho gracias a la unión entre ellas. No dejemos esta lucha (que no guerra), hermanas. La sororidad es nuestro lenguaje y no solo hoy, sino todos los días del año.

Eso sí, con respeto hacia quienes decidan otra cosa. Con respeto y amor. Esa es la libertad.

 

A mí me gusta

ser mujer.

 

Me gusta parir

hijos

sin dolor y

amamantarlos

de sueños y

de ternura.

 

A mí me gusta

mi cuerpo

de guitarra

(a veces desafinada)

y mis ojos de

hembra fuerte

capaz de hacer

cinco cosas

a la vez

(aunque a ratitos

maldiga que

se me clavan

los días y

que necesito

más amor).

 

A mí

me apasiona

llorar como las

chicas y me

enloquecen las

confidencias de

mis amigas

(mujeres llenas

de mujeres que

se devoran

el mundo).

 

Y a esta mujer

le excita

que su hombre

se trabaje

su cerebro y

su sexo,

bailando,

ambos,

en igualdad

de placer.

 

Yo soy una mujer

y no quiero ser

como los hombres,

pero quiero

(lucho, grito, pugno, exijo)

que me valoren

igual que

a ellos.

 

 

*****

 

 

2 Comments

  1. Maite MF dice:

    Comparto tus pensamientos, yo soy la mayor de 5 herman@s, 4 de ellos chicos, y recuerdo la lucha diaria y domestica porque se me tratara igual.
    Mi madre, como mujer me apoyaba, pero éramos 2 contra 5, aún así la resistencia era continúa,
    Me rebelaba, no aceptaba que me trataran diferente, … Era un reflejo de lo que me iba a encontrar en el mundo … pero descubrí que había más mujeres como nosotras, que demostrábamos nuestra disconformidad y seguiríamos en esta lucha.

    Me encanta tu poema, también estoy orgullosa de ser MUJER ??

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Acceder

¿Olvidaste la contraseña?

Utilizamos cookies propias y de terceros para fines analíticos y para mostrarle publicidad personalizada en base a un perfil elaborado a partir de sus hábitos de navegación (por ejemplo, páginas visitadas). Para más información consulte la política de cookies. Puede aceptar todas las cookies pulsando el botón "Aceptar" o rechazar o configurar su uso pulsando el botón "Configurar".
Política de cookies
Aceptar todas
Rechazar
Configuración de cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para fines analíticos y para mostrarle publicidad personalizada en base a un perfil elaborado a partir de sus hábitos de navegación (por ejemplo, páginas visitadas). Para más información consulte la política de cookies. Puede aceptar todas las cookies pulsando el botón "Aceptar" o configurarlas o rechazar su uso pulsando el botón "Configurar".
Política de cookies
Aceptar
Configuración de cookies
Rechazar