Yo lo adiestro
como una demente
y le repito
(primero dulce,
y luego gritándole)
que tú no eres
tan bueno;
que a veces
me dejas
en sequía de
tu piel
y que durante
horas
no me envías
ningún mensaje.
También
le cuento
la noche aquella,
en la que no volviste
a dormir
porque discutimos.
Pero él
no me escucha;
ni la ternura
ni los gritos.
Él sigue a lo suyo,
latiendo y
reventándome el pecho;
queriéndote…
Tengo un corazón
tan leal a ti
que me miente.
Este poema lo hice después de una charla con una amiga (ay, la inspiración bendita que siempre es la realidad) en la que ponía su corazón en un lado de la mesa y su cerebro en la otra (casi literal :)). En esos casos, no opino, porque nunca están equilibrados y cada uno ha de elegir. Así que no me preguntéis nunca por estas cosas del amor, jeje.
Estupendo lunes tengáis.
Y para ilustrarlo, este temazo de Silvia Pérez Cruz y Castor Pérez, su padre. Me lo enseñaron el otro día y me enamoró.
(a estas horas suena en alto, en este espacio desde el que os escribo, y me abraza)
Experta en visibilidad femenina y Redes Sociales. Escritora de 19 libros, conferenciante, empresaria y poeta. Profesora de Postgrados en La Universidad de Cantabria. Marca personal creativa y humanista. Coach ejecutiva y de equipos certificada.
Presentadora y dinamizadora de eventos.
“A mayor tecnología, más necesidad tenemos de humanizarla”
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