Poema de lunes: recuerdos de una pequeña salvaje en el sur. Poema homenaje a mi tierra, Andalucía.

yolanda Saenz de tejada de niña

Echo de menos

montar en moto

como una chica

mala,

perforando el

campo y sabiendo

que la caída evidente

era amiga.

Y extraño

las cartas

escritas a mano

y a pulmón abierto,

de algún amor

desangrado.

 

O montar a caballo

sin papeles

ni escuelas;

salvaje,

asando salchichas

frescas

en un fuego improvisado

por mi héroeprimo,

el Gaspar.

 

Y me encantaba

la lista de novios

puntuados

que compartía

con mis amigas

–y a los que bajaba de rango,

dependiendo de

sus miradas–.

 

Recuerdo,

sangrante,

cantar con Inés

(esa hermana prima que

se me escurrió

de la vida)

en los pinares

de Valverde del Camino.

Dos locas

soberbias,

partiéndose la voz

y el corazón

a gritos

por María Jiménez.

 

Días como hoy,

alguien como tú,

de pronto,

me recuerda

que hay entes

que amo y

que debería

volver

a vivir.

 

Empiezo

por la moto

de campo,

por cantar

a María Jiménez,

y por plantarme

flores

en el corazón

hasta

que

llegues.

 

 

(Inédito, de esos poemas que te brotan cualquier día, en la esquina de una tarde con sabor a nostalgia y que hace que los verbos te revuelvan la garganta y te dejen casi sin aliento hasta que no los has liberado al papel).

Hoy es el día de Andalucía, la tierra que me parió y a la que amo cada día más. A la que quiero libre y con valores. En la imagen de portada, estoy con mis hermanos y mi primo Jose, con los que me crié y me peleé mucho, jeje.

Por todos los andaluces y andaluzas que vivís fuera y echáis de menos esta tierra, este poema que nos recuerda de dónde venimos.

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Y como no me puedo resistir, hoy, como he hecho otros años, os pongo el vídeo de la vikinga pequeña cuanto tenía tres años cantando el himno de Andalucía (de ahí terminó en el programa de La Voz Kids con 11 años, jeje). Se subía a la mesa y con peligro de estrellarse, ponía a todas sus muñecas de público y ahí se pasaba las horas.

 

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