Nunca me gustó el vino rosado.
Lo mío no son las medias tintas.
Contigo aprendí
que el agua
para el té
no tiene
que hervir y
que invadir
el cerebro ajeno
–el espacio,
el armario y
el baño–
es objeto
de dolor.
También,
que una hora
frente a una
botella de vino y
de tu voz,
construyen
un minuto eterno
de amor.
A tu lado cultivé
que dar
es mejor
que recibir
(aunque nunca
lo entiendas),
que las personas
siempre piensan
de ti igual
que tú de
ellas y
que la poesía
es nuestra
penitencia más
dulce.
Contigo,
me abrí
como una verdad.
Aunque luego,
de tanta sinceridad,
me cerré.
Eso sí,
aprendiendo a
entender y
arrasada
de dolor
-y sabiendo
que la botella
de vino
se agotó-.
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Ver el final para adivinar un hermoso principio…
Feliz lunes.
“Poesía para Directiv@s con alma, pero sin tiempo”, al que me encanta mezclar con temas como este de Nella que me emociona para empezar la semana.
Experta en visibilidad femenina y Redes Sociales. Escritora de 19 libros, conferenciante, empresaria y poeta. Profesora de Postgrados en La Universidad de Cantabria. Marca personal creativa y humanista. Coach ejecutiva y de equipos certificada.
Presentadora y dinamizadora de eventos.
“A mayor tecnología, más necesidad tenemos de humanizarla”
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2 Comments
Grande poemadelunes.
Muchas gracias, Silvia 🙂