Mi Navidad
no es esta,
lo siento.
La mía
duró
hasta los 25.
Mi Navidad
era viajar
de noche
(no recuerdo si llevábamos
el conejo y el perro)
hasta la casa
de las hermanas
de mi madre,
en la sierra
de Valverde del Camino,
y entrar por ese
carril
desordenado y
embarrado
de preguntas.
Eran sus risas
imparables;
mujeres guerreras
que amamantaban
hijos compartidos
y dormir de siete
en siete,
mientras
nos mentíamos
toda la verdad
que nos cabía.
Mi Navidad
eran las mesas
interminables
preñadas
de marisco del tío Juan,
los desayunos
con zumo de naranja y
esa leche de oveja
con pura nata
que mi prima Ana
aborrecía.
Eran
mi padre y
el tío Pedro
con una flor
en el pelo y
las visitas
interminables y
festivas
de toda la familia
mientras merendábamos
tostadas en la candela.
Eran las batas
de guatiné,
el frío
del cuarto
de la leña y
el Gaspar
hecho un golfo.
Los castigos
por ser una deslenguada,
mi vestido de Nochevieja
cosido entre todas y
las bajadas al pueblo
para ver a los chicos.
(Es curioso, pero no recuerdo
el árbol de Navidad).
Desde entonces,
nunca son navidades.
Pueden ser Nochebuena
o Nochevieja,
pero nunca abarcan
la palabra entera.
Lo siento,
hijas mías,
no os podré regalar
esos mismos recuerdos.
*******
Buenos días, queridos, buenos lunes y ¡Feliz día del beso!!!
Lo mejor de los recuerdos hermosos es que siguen siendo presente…
Ya lo creo. La nostalgia, bien gestionada, es el mejor de los tesoros y para mí, cuando era niña, la Navidad era un estado donde todos, revueltos, pasábamos dos semanas.
La fortuna de una familia grande como la materna que poseo, es un seguro de vida feliz 🙂
A ellos les dedico mi entrada de hoy porque ellos saben que este año todos necesitamos un poco de ternura extra y porque no es necesario que vuelva el pasado pero sí que nunca nos olvidemos de quienes fuimos para llegar a ser lo que queremos.
(Y los que no están, nunca se fueron).
Experta en visibilidad femenina y Redes Sociales. Escritora de 19 libros, conferenciante, empresaria y poeta. Profesora de Postgrados en La Universidad de Cantabria. Marca personal creativa y humanista. Coach ejecutiva y de equipos certificada.
Presentadora y dinamizadora de eventos.
“A mayor tecnología, más necesidad tenemos de humanizarla”
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2 Comments
Cojo como mia tu frase, y los que no están, nunca se fueron.
Me acompañara este fin de año, gracias mil gracias.
Gracias, querido amigo, Joaquín. Somos muchos, aunque cada vez seamos menos 🙂
Vamos a disfrutar de los que nos rodean, amparados siempre por los que ya no están ,claro.
Un abrazo enorme.