Abuela,
te perdono las tierras
y el adiós
sin despedida.
Las lágrimas de mi madre
y nuestra infancia
perdida.
Te perdono,
abuela,
la niñez
sin juguetes,
el beso
de buenas noches
y tu ausencia
desmedida.
Te perdono
la protección
que nunca le llegó
a mi hermana
y que yo suplí
con mis desvelos.
Su niñez
vulnerable
y sus infinitas caídas.
Te perdono
todo
por un beso,
abuela.
Ese que fui
a buscar
antes
de tu partida.
Poema incluido en “Poesía para directiv@s con alma, pero sin tiempo”, el último libro que tanto amor me está trayendo.
La ternura y la bondad son el verano constante y uno de los grandes súper poderes que no todo el mundo tiene, pero que arrasa corazas y te permite vivir en paz.
También se puede trabajar, que conste, tiene mucho que ver con la humildad, claro…
Os dejo este temazo de Natalia Lafourcade y Rozalen “Danza de gardenias”, que me abre esta mañana con una belleza en femenino que me hace pensar que nada malo puede suceder…
Experta en visibilidad femenina y Redes Sociales. Escritora de 19 libros, conferenciante, empresaria y poeta. Profesora de Postgrados en La Universidad de Cantabria. Marca personal creativa y humanista. Coach ejecutiva y de equipos certificada.
Presentadora y dinamizadora de eventos.
“A mayor tecnología, más necesidad tenemos de humanizarla”
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