Quizás dentro de tres años este país empiece a levantar cabeza, pero a mí nunca me gustó el futuro. Sobre todo si ese futuro implica que en el camino se quedarán muchos…
A esos muchos es a los que hay que escribirles poemas, ayudarlos, abrir nuestras casas y nuestras neveras y, sobre todo, nuestro mejor abrazo. Ellos son la gente VIP de este país.
A ellos va este poema que no va a ser triste porque a mi no me da la gana. Es un poemajuego.
Os propongo
un juego.
Es fácil…
Sólo tenéis que
dejaros llevar y
no preguntar
—aunque duela—
¡Atentos,
que empezamos!:
levantad la mano
y arrancaos
(vosotros mismos)
el corazón
—si alguien no tiene,
yo puedo
pintarle uno—.
Dejad vuestro
órgano caliente
en el suelo.
Algunos llorarán
con el frío
del cemento.
Pero vosotros,
tapaos los oídos…
Cerrad los ojos y
daos la mano.
Todos,
como si fuerais
niños.
Y dad vueltas
alrededor
del espectáculo
hasta que yo
os diga:
¡Ya!
Entonces
(aún con los ojos
cerrados)
recoged del suelo
el corazón que
os ha tocado.
Y rellenad el
hueco que
tenéis en
vuestro pecho.
Ojalá al más
cabrón
le haya tocado
el del
que más
sufre.
ea, que ea, que ea….
Experta en visibilidad femenina y Redes Sociales. Escritora de 19 libros, conferenciante, empresaria y poeta. Profesora de Postgrados en La Universidad de Cantabria. Marca personal creativa y humanista. Coach ejecutiva y de equipos certificada.
Presentadora y dinamizadora de eventos.
“A mayor tecnología, más necesidad tenemos de humanizarla”
Utilizamos cookies propias y de terceros para fines analíticos y para mostrarle publicidad personalizada en base a un perfil elaborado a partir de sus hábitos de navegación (por ejemplo, páginas visitadas). Para más información consulte la política de cookies
Puede aceptar todas las cookies pulsando el botón "Aceptar" o rechazar o configurar su uso pulsando el botón "Configurar".
Estas cookies son necesarias para que el sitio web funcione y no se pueden desactivar en nuestros sistemas. Por lo general, solo se establecen en respuesta a las acciones realizadas por usted que equivalen a una solicitud de servicios, como establecer sus preferencias de privacidad, iniciar sesión o completar formularios. Puede configurar su navegador para que bloquee o le avise sobre estas cookies, pero es posible que algunas partes del sitio no funcionen en ese momento.
Cookies utilizadas:
Estas cookies permiten mejorar la funcionalidad y la personalización, como videos, chats en vivo y su idioma preferido. Pueden ser establecidos por nosotros o por proveedores externos cuyos servicios hemos agregado a nuestras páginas. Si no permite estas cookies, es posible que algunas o todas estas funcionalidades no funcionen correctamente.
Estas cookies nos permiten contar las visitas y las fuentes de tráfico, para que podamos medir y mejorar el rendimiento de nuestro sitio. Nos ayudan a saber qué páginas son las más y las menos populares y a ver cómo se mueven los visitantes por el sitio. Toda la información que recopilan estas cookies es anónima. Si no permite estas cookies, no sabremos cuándo ha visitado nuestro sitio.
Estas cookies se establecen a través de nuestro sitio por nuestros socios publicitarios. Estas empresas pueden utilizarlos para crear un perfil de sus intereses y mostrarle anuncios relevantes en otros sitios. Si no permite estas cookies, no experimentará nuestra publicidad dirigida en diferentes sitios web.
Estas cookies son necesarias para mostrar contenido de redes sociales como facebook, twitter, pinterest, etc. De tal forma que puedas compartir nuestro contenido con tus redes sociales favoritas.
4 Comments
felicitarte una vez más, por el fondo y por la forma, y subrayar la imágen d la nevera vacía, pq es bien real a día d hoy…lo social, o es d verdad o es una pose (y no es tu caso); cuando s ataban perros con longaniza no s escuchaba el clamor q hoy nos
ensordece, al menos a algunos…pq la gente jamás debió convertirse en un frío número…
solidaridad a todos los niveles!!!
un abrazo
trébol
Hola, trébol, sí, la nevera debería de ser un icono de esta no revolución, sino defensa.
Es que lo de la gente mirando en los contenedores es lo que más tristeza me produce, no puedo con ellos.
la solidaridad debería de ser una asignatura de colegio. No sé por qué coño no le dan tanta importancia como a las matemáticas (con el inglés no la comparo porque mucha importancia tampoco le dan, que digamos).
gracias y un abrazo.
Me encanta lo que escribes!!!
Gracias!!!
Merce
Merce, gracias por disfrutarlo y por contármelo… un beso enorme.