Este poema siempre me ha producido mucha ternura porque es el nacimiento de ese poder que nos nace y que nos convierte en superhéroes: el amor.
Está en uno de los poemarios pero (disculpad mi mala memoria) ahora no sé cual.
La invitó a comer
en un precioso
restaurante asiático y,
de regalo,
le llevó un libro
de Salinas.
Para el postre
de tu boca,
le dijo rozando
con su frase
el tierno rincón
de su cerebro.
En el segundo plato
él se reía
tan dulce…
me diría luego ella.
Ausentes los ojos
(de ambos),
del tiempo
que se partía
y de la vida
que, poco a poco,
y en ese mismo
instante,
crujía entre
sus cuerpos.
Pidieron vino
de la tierra
y postre de
emociones.
Quiero verte pronto,
le dijo él
mientras le apartaba
un rizo de la cara
y arrasaba
con los dedos
las dudas
de sus pestañas…
No hubo beso,
o al menos
no lo recuerdo.
Pero hubo
un incendio
dentro de sus pechos.
Ahora tienen
el cuerpo lleno
de bosques
ardiendo.
yolandaromántica
Experta en visibilidad femenina y Redes Sociales. Escritora de 19 libros, conferenciante, empresaria y poeta. Profesora de Postgrados en La Universidad de Cantabria. Marca personal creativa y humanista. Coach ejecutiva y de equipos certificada.
Presentadora y dinamizadora de eventos.
“A mayor tecnología, más necesidad tenemos de humanizarla”
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1 Comment
He pasado por aquí para volver a leer tus maravillas.
Un abrazo.