A mi niña
le ha brotado una
flor en el pecho.
En el izquierdo.
Tiene por cáliz
un beso de su
amante
(ese que le regala
su piel y sus noches,
su deseo
de rizos morenos
y sus hijos
paridos de abrazos).
A mi niña
se le quiebran
las lágrimas
al verse brotada,
pero no me lo
cuenta,
no me quiere
dañar el
alma
(pero no sabe,
mi niña,
que yo soy
ella y que,
sin palabras,
adivino lo que
se le atraganta).
Y también sé
(y esta es mi sentencia
inapelable)
que aunque
los médicos
reciten que es un
cáncer,
lo que le ha
nacido a mi niña
en el pecho
es una flor y
no crecerá,
porque ella
(mi niña Ana)
es un jardín
preñado de
vida y
de futuro donde
amar.
(Poema de esos necesarios que escribes y que te acompañan toda la vida porque las mujeres lo hacen inmortal).
Buen lunes de poesía desde mi segunda tierra, Santander.
Esta semana al mes, en la que vivo en Santander, es muy hermosa para mí porque me permite salir de la Yolanda que se aferra a un estudio y a un patio con limonero y me vuelvo más cosmopolita y curiosa. Me gusta albergar diferentes formas de vivir.
Además, es la tierra del vermut :).
Espero que tengáis una semana hermosa y que estos versos os traigan esperanza a aquellos y aquellas que los necesitáis. Gracias por leerme y por compartirlos.
En esta mañana, llamo a Silvia Pérez Cruz con esta belleza de tema para que nos amanezca con ternura.
Experta en visibilidad femenina y Redes Sociales. Escritora de 19 libros, conferenciante, empresaria y poeta. Profesora de Postgrados en La Universidad de Cantabria. Marca personal creativa y humanista. Coach ejecutiva y de equipos certificada.
Presentadora y dinamizadora de eventos.
“A mayor tecnología, más necesidad tenemos de humanizarla”
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