fotografía: Jesús Ochando
De ti, año viejo,
aprendí a ser más joven
(es decir, a quererme más),
a decir que no más alto y más claro
(lo que jode al que se lo dices…),
y a amar a nuevas mujeres
que se han cruzado en mi camino.
De ti, año viejo,
aprendí que las redes sociales
son el espejo que te refleja,
no en el que te miras,
y, por supuesto,
que primero son las yemas
y luego es la piel
(sin ojos donde mirarse no hay amistad, no la quiero).
Y aprendí a ser déspota con quien no me quiere bien
(“irse” de mi lado, como se dice en mi tierra);
a esconderme del mundo dos veces al mes,
y a luchar sin descanso por mi libertad,
que es ser lo que me da la real gana.
De ti, año viejo,
aprendí que estar sola es un estado vital,
no un estado social
y que si haces el bien,
procura mirar a quien,
para elegir a uno que también lo haga
y así formar una cadena humana.
Y sobre todo, de ti, pendejo año viejo,
aprendí que para honrar a los que ya no están
tenemos la obligación de ser felices,
de no quejarnos,
y de celebrar cada gota de nuestra vida.
Por eso,
este año que viene,
será cojonudo
(aunque no tenga rima).
Feliz día, queridos.
Que estos últimos días nos sirvan para saber lo que hemos avanzado en nuestra vida.
Pasos de enano para objetivos de gigantes…
os abrazo hasta doler. Así me regenero que hoy tengo un día muy, muy intenso 🙂
Experta en visibilidad femenina y Redes Sociales. Escritora de 19 libros, conferenciante, empresaria y poeta. Profesora de Postgrados en La Universidad de Cantabria. Marca personal creativa y humanista. Coach ejecutiva y de equipos certificada.
Presentadora y dinamizadora de eventos.
“A mayor tecnología, más necesidad tenemos de humanizarla”
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies
ACEPTAR
2 Comments
Dios, como me encantan tus palabras, coincide practicamente con mis pensamientos del 2014/15 y ampliarlas para 2016. Con tu permiso me imprimo todo lo dicho por vos, y esperando tus comentarios de mañana.
Querido amigo, cuánto me alegra lo que me dices… gracias por ponerle el cuerpo a mis palabras. Imagino tu estado si así es.
Este año será grande.
Te lo deseo con todo mi corazón.
Un abrazo enorme y muchas gracias