Poema de lunes: mi pequeña salvaje. Poema para una hija

Yolanda y la vikinga pequeña

Mi pequeña

salvaje,

vikinga indómita

que se peina

la mirada

antes que el pelo.

 

Mi pequeña

loba que aúlla

libertad

aunque la tenga toda.

Que grita en silencio

cuando cree

que no la oigo

o que llora a escondidas

sin saber que con sus lágrimas

me aliso la tristeza

y riego mis días.

 

Mi más indomable

promesa,

fruto de las enseñanzas

que ha bebido

y de haberse amamantado

con la palabra utopía

entre mis pechos.

 

Ojalá dejes que te acune

si el miedo te ronda.

Ojalá me dejes

acariciar tu sangre

de mi sangre

y tu preciosa

boca de almendro.

 

Y ojalá sepas

que, aunque a veces

no haga ruido,

estoy en tus rizos

acariciándote la vida,

porque tú

me la das a mí.

 

(de mi último libro, de coaching y poesía, “El Club de las Creídas”)


A Marta no le gusta que la abraces y se te escurre excusando que ya la has besado antes. Ella dice que la tengo traumatizada por lo cariñosa que soy y que en las familias no están todo el tiempo dándose besos (yo pensaba que sí, le contesto).

Marta es la versión mejorada de esta madre que le escribe poemas y que ahora, mientras teclea estas palabras, piensa que ha cumplido con el mundo mejorando su especie.

Hoy, esta vikinga cumple 22 años y me hace inmensamente feliz que siga queriéndolos pasar en familia y en cualquier lugar del mundo (aunque el resto del tiempo huya de mis besos o prefiera descubrir ese mundo, jeje).

Viene un año de cambios para ella y los abraza con ilusión porque sabe que los cambios traen grandeza (ciudad, amistades, retos, master nuevo, trabajo…) y que los afronte con la seguridad de que es una persona amada es fundamental para mí.

Ahora, escondida, le haré un collar de chuches, como me enseñó mi editora amiga Charo Fierro cuando eran niñas.  Se lo sigo haciendo, por eso de que nunca queremos que dejen de ser niñas, pero ahora sé que ellas tampoco quieren dejar de serlo nunca para nosotras.

Este poema de lunes está en mi libro “El Club de las Creídas” de coaching y poesía y me encanta, porque siempre que lo leo, alguien me lo pide para su hija.

Si quieres saber más de mi nuevo libro o quieres que te lo enviemos dedicado para ti o para alguien, pulsa aquí 

Os dejo este precioso tema de El Puchero del Hortelano, con una versión maravillosa de La quiero a morir.

Y os dejo también la visión de una madre abrazando un día precioso y la excusa de poder darle hoy muchos besos a vikinga prota del día.

La fotografía es de Chus Olsson, en la casa de la montaña, en la aldea, cuando Marta tenía 11 años.

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