Poema de lunes: la edad de una mujer (Poema para mujeres valientes).

mujeres que inspiran

Amigas, canallas, va por vosotras

(y por ti, Patricia, heroína, por instalárteme en la edad y la vida).

La edad de una mujer

no son las canas

ni las arrugas

atravesando nuestra frente

preñada de barcos.

No.

 

La edad de una mujer

no son los pechos

caídos

ni las estrías

en el corazón.

No las tiritas que

revientan

intentando lacrar

tanta herida

en el alma

(ni las promesas

que se nos quedaron

entre los huesos

y la boca).

 

No los hombres

que nos amaron,

que nos dejaron,

o que viajan a

nuestro lado.

No los que lloramos

o el salvajismo

de un amor a medida.

No.

 

La edad de una mujer

se mide por sus noes

y sus desplantes a medida.

Por las botellas de vino

que se beben con sus amigas

mientras lloran o ríen

y por los viajes

que hacen solas

o con otras hembras

elegidas.

 

La edad

se nos nota

en esas carcajadas

vírgenes

cuando nos descubren

una cana

o en la libertad

de levantarnos

la falda

y el alma

cuando bailamos

en cualquier rincón del mundo

(haya o no champán

por medio).

 

La edad de una mujer

se nota

en que ya no le pesan

ni los años

ni los kilos.

No.

Solo

lo que le queda

por hacer

y para ello,

nos esperan otras damas

en el camino.

Ya lo creo.

 

Y no,

precisamente,

en un camino

de redención.

 

(Poema inédito escrito en la casa de la montaña hace aproximadamente un mes).


Buen lunes de poesía desde estos versos preñados de gratitud a todas aquellas mujeres que me han hecho encontrar el verdadero sentido de la vida. Por todas aquellas que me ayudan cada día y por las que me esperan para fabricarles alas.

Este #PoemaDeLunes lo estreno hoy, porque tiene mucho que ver con el nuevo proyecto que lanzo mañana y me hacía mucha ilusión anticipar hoy con estos versos que nacieron preñados de agradecimiento y de luz.

Que esta semana os abrace y os espero mañana en las redes emocionales para presentaros algo que me hace mucha ilusión :).

“Tu previsión de tormenta, tu calma después… valiente y libre a la vez, solo me sale querer”.

Os dejo a Funambulista y a Vanessa Martin. “Por ser igual y tan distinta a todas…”

 

(En la imagen, el chaqué de boda de mi padre, que me lo regaló hace años y lo utilizo muy a menudo, y el chaleco que el gran Bere Casillas (modisto masculino) diseñó para mí y que me enamora cada vez que me lo pongo).

Fotografía del gran Pedro Jesús Camacho.

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