Ha llegado
la pérfida
nostalgia,
el no pienses en mí
y el nunca podré olvidarte.
Han llegado los paseos
de viuda
(ojalá que alegre),
los recuerdos como esquilas
y los mensajes
infectados
de preguntas ocultas
(y de amor,
mi amor,
de mucho amor…).
Ha llegado,
sin fin,
el punto final.
Ojalá sepamos
bordarlo en oro.
Tú sabes
que nunca
me gustaron
las serigrafías
baratas.
******
Buenos lunes, queridos, feliz día del beso.
Que los finales nunca sean finales sino pasos previos a un “vuelve que me apago”, a un “de nuevo el amor en mi puerta”o a un “por fin me vivo en soledad”. Que nada rompa la esperanza de que el amor, en cualquiera de sus manifestaciones, se nos instale como raíz que todo lo llena.
Y que este lunes sea el preludio de una semana que, como niña, salte en los charcos para reír y para volver a casa llena de lluvia bendita en el cuerpo.
Feliz “hornada” 🙂
Experta en visibilidad femenina y Redes Sociales. Escritora de 19 libros, conferenciante, empresaria y poeta. Profesora de Postgrados en La Universidad de Cantabria. Marca personal creativa y humanista. Coach ejecutiva y de equipos certificada.
Presentadora y dinamizadora de eventos.
“A mayor tecnología, más necesidad tenemos de humanizarla”
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2 Comments
Feliz día para ti también sigue llevándonos el corazón con tus versos llenos de sentimiento y amor
“Ojalá sepamos bordarlo en oro” difícil, cuando interviene el mal gusto, la chavacanería…..en vez de bordar lo zurcen con puntadas de doler