Me gustó que
me enseñara su
armario preñado
de zapatos
(no imagina
lo que me gustan
los zapatos
de hombre)
y los cajones blancos
que él mismo
había diseñado.
(Me gustó su
cara de niño).
Me gustó su
sofá gris
encueros
y saber que,
después de
sentarme,
lo llamó
con mi
nombre.
Y me gustaron sus
cuadros llenos
de arte y
los botones
blancos que
abrazaban su
cintura
(y que me
llamara antes
de comer
para enviarme
su cuerda voz
ciega de locura).
Me gustó que
me recogiera
y que me volviera
a recoger para
después
llevarme y
volverme a
traer.
Y me encantó
que me cuidara
y que,
educado y
confundido,
me preguntara
en qué lado
de mi cuerpo
llevo este
bolso gigante
que nunca vive
en un sitio fijo.
Pero lo
que más
me gustó
(mucho,
mucho,
mucho)
es que me
gustara.
…………………
Feliz lunes, queridos, feliz día del beso.
Este poema os lo escribo desde un lugar precioso, desde la medina de Fez, una de las ciudades que más me gusta del mundo y a la que he venido ya cuatro veces.
Unos días de descanso para celebrar la belleza y la verdad.
Os deseo una semana hermosa y preñada de ternura.
Experta en visibilidad femenina y Redes Sociales. Escritora de 19 libros, conferenciante, empresaria y poeta. Profesora de Postgrados en La Universidad de Cantabria. Marca personal creativa y humanista. Coach ejecutiva y de equipos certificada.
Presentadora y dinamizadora de eventos.
“A mayor tecnología, más necesidad tenemos de humanizarla”
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