Los mayores
siempre me mandaban callar
cuando quería
explicarles la
importancia del
amor en
mis entrañas:
silencio,
niña,
que tú
no sabes
nada.
Después,
aquel chico
que me dejó
herida en
la cuneta
de su vida,
volvió a utilizar
el mismo sustantivo:
silencio,
niña,
no llores
más.
Ahora he
conocido
a un hombre.
Es abrazo y
lengua y
huele a
tigre limpio y
a colonia de
bebé.
Pero lo que
más importa en
este poema es
su dulzura:
me hace el
amor gritando
como un
animal en
celo hasta
que por fin
soy yo la
digo:
Silencio,
niño,
que nos
denuncian
los vecinos.
yolandajeje
Experta en visibilidad femenina y Redes Sociales. Escritora de 19 libros, conferenciante, empresaria y poeta. Profesora de Postgrados en La Universidad de Cantabria. Marca personal creativa y humanista. Coach ejecutiva y de equipos certificada.
Presentadora y dinamizadora de eventos.
“A mayor tecnología, más necesidad tenemos de humanizarla”
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4 Comments
Nuca guardes silencio. Un beso.
Estás de un silencioso que mete mucho ruido, porque los aplausos siempre son sonoros.
Besos tobarreños.
ole y olé
FELISA: gracias y sí, llevas razón, nunca hay que guardar silencio..
LARA: gracias, pronto tendré ocasión de abrazarte.
ISMAEL: je,je, así se dice en mi tierra… gracias