Carta de una chica que, de pronto,
se vio amputada.
Algunos le llaman amor pero yo diría que es una educación inapropiada.
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Querido Alberto:
Ahora pienso en las garantías.
Todas las cosas las tienen pero a mí me fabricaron sin ella.
Al menos, desde que vivo contigo.
Y digo yo, que si todos la tenéis, por qué me fabricaron tan sola…
En esta casa, cuando alguien se estropea,
se resfría o tiene hambre de pan o de amor,
yo soy su garantía.
Yo os arropo,
os hago la comida,
la leche caliente y
el amor.
Pero aquí estoy yo, sin fuerzas alcalinas y sin garantía.
Repito: SOLA.
¡Y la exijo!
Exijo que alguien,
por ejemplo,
me coja en brazos y me cante Pin y Pon.
Seguro que me dormiría tranquila en lugar de despertarme cada cuatro horas pensando en todo lo que tengo que hacer cuando me levante;
seguro que me despertaría más guapa,
sin mal humor y,
seguro,
muy seguro,
que más delgada…
Así, con la barriga para dentro y sin michelines
(como antes de tener a nuestros hijos),
podría de nuevo mirarme el ombligo para encontrar a esa colega bruja,
tan cabrona,
que me ha dejado tirada hace años
(y que quizás se llame matrimonio),
robándome la autoestima que viene con la garantía.
Y digo yo,
que qué habré hecho para no merecerla,
joder…
Sofía, a las cinco de la mañana del siete de agosto, pensando en lo que mañana hará de comer.
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¡¡¡Buenos días!!!
para todas las Sofías, por si les sirve de algo el saber que en el bosque, son mis favoritas
Experta en visibilidad femenina y Redes Sociales. Escritora de 19 libros, conferenciante, empresaria y poeta. Profesora de Postgrados en La Universidad de Cantabria. Marca personal creativa y humanista. Coach ejecutiva y de equipos certificada.
Presentadora y dinamizadora de eventos.
“A mayor tecnología, más necesidad tenemos de humanizarla”
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2 Comments
Brillante y tierno guiño a las mamás, esposas y a las que tienen personas a su cargo, siempre al pie del cañón y sin nadie que las sostenga. Me ha encantado eso de la garantía.
Te abrazo con muchas, muchas garantías -de las otras-,
Nená
muchas gracias, íntimo…
te abrazo también y te sonrío, palabra de garantía 🙂