Se acercó a mi boca, oliéndome como una alimaña enfebrecida; enamorada. Le dije que me respirara lejos, que me hacía daño.
Y él, canalla, se alejó.
Pero cerca, muy cerca de mis labios, se había dejado un trozo de su azul (queriendo, claro, él todo lo hacía queriendo, premeditado; hasta cuando me inundaba con sus dedos para dejarme la señal de su amor infinito en cada parte de mi cuerpo).
¿Y qué hago yo,ahora, con este espacio de recuerdos que amenaza con durar toda la vida y que late como un lobo mientras se me clava en el esternón?
Y… ¿cómo aprenderé de nuevo a comer, a respirar, a salvarme del infierno si yo sólo sé vivir amando su fuego (y su risa)?
Pero aprendí, ya lo creo.
Es cuestión de saber que puedes pasar de ser mar a desierto.
*****
Feliz jueves, queridos.
Amanezco en esta ciudad maravillosa de Santander después de vivir ayer un día emocionante donde aprendí, paseé, conocí a personas que quiero tener cerca siempre y me sentí especial y querida.
Os deseo un día estupendo y lleno de poesía, por supuesto.
Vosotros sois la mía :).
Experta en visibilidad femenina y Redes Sociales. Escritora de 19 libros, conferenciante, empresaria y poeta. Profesora de Postgrados en La Universidad de Cantabria. Marca personal creativa y humanista. Coach ejecutiva y de equipos certificada.
Presentadora y dinamizadora de eventos.
“A mayor tecnología, más necesidad tenemos de humanizarla”
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies
ACEPTAR